Formulario de contacto

 

Asi somos…


     En tiempos de buenaventuranza económica, hemos sido testigos de muchas cosas. En 1879 se acuñó nuestra moneda nacional en plata esterlina y se denominó real al óbolo de 50 céntimos; sin embargo, y a pesar de que a partir de 1965 comenzó a acuñarse en níquel, seguimos queriendo arreglarlo todo a realazos (esto es, a punta de dinero en abundancia), nos encanta gastar un realero (un montón de plata) en cualquier mojiganga (nadería o chuchería de marca, de preferencia). También somos fanáticos de andar realengos (desocupados, dedicados al dolcefarniente, pero cobrando sueldo) y de meternos en cuanto rebullicio (desorden, karmesse) se organiza por ahí. 


     Como ya los “reales” no alcanzan para niente (nada), entonces andamos en una de rebuscarnos (hacer “trabajo” extra), y cuando le damos al clavo, entonces ya tenemos nuestro rebusque o “el tigrito que matamos a diario o según sea la ocasión”. Otros son fanáticos de cobrar su salario sin hacer nada, excepto estar de reposo en reposo; ergo el término criollo reposerismo (la “enfermedad”, cualquiera que esta sea) y reposero (el que la sufre).


     Si como buen gerente le reclamas al reposero que cuándo va a venir a trabajar, entonces te tildan de retrechero (esto es, maltrato laboral en la jerga obrera) y te contestan altaneramente (¡tú ‘tas loco, bro!, ¡estoy encamao!) alegando que al trabajador lo ampara su respectivo permiso médico. Cosas veredes Sancho; con esto de la viveza criolla, muchos ya tenemos un rollito de esa cuerda.

Autor: M. Sc. Jesús Navas Bruzual
Lingüista & Traductor



 

NUESTROS PATROCINANTES

  



Comenta en facebook